jueves, 29 de agosto de 2013

8:8:8: Apertura del Portal de Orión


Beckhampton, Wiltshire, August 8, 1998: 8:8:8

En algún lugar del tiempo y el espacio habitaba la forma, reducida a una muy pequeñita casualidad de expresión de energía y, según los versados, compuesta de helio e hidrógeno. Energía hecha materia que inició la gran fabulación científica del llamado “big bang”, y con esa provocación, la intención universal de todo lo que existe, la creación de más materia, de más elementos. La misma materia de la que están hechas las cosas, un teclado, la regadera, la taza del café y el café; los cuerpos humanos. La tierra y todo cuanto en ella se encuentra. Energía condensada que un largo proceso de evolución y cambio, y que, en este particular cuadrante del universo ha permitido encontrar una respuesta a nosotros como seres humanos, homo sapiens, “el hombre que piensa”. 

Un alma manifiesta en materia. 

Ser evolutivo, consciente de su realidad, acorde a una etapa de transición, de cambio. El hombre más allá del ciudadano; el hombre espiritual. Un origen cósmico y se reconoce como parte de él; reconoce las influencias externas, que luego ni lo son tanto, en su andar por la tierra. Un hombre nuevo que reconoce el compromiso con ese origen de polvo de estrellas. La estrella, por cierto, representa en el lenguaje gnóstico al hombre, la misma vibración del número 5, la estrella de cinco puntas. Las diversas maneras de pentagrama que Da Vinci en el “Hombre de Vitrubio” alcanza a reconocer. Constante evolución y movimiento. Todos discípulos, todos maestros. Toda claridad para discernir el momento. Toda la fuerza para encontrar un propio movimiento, el momento oportuno, la voluntad prudente. La energía propia. El centro de la estrella. Influencia que ahora se revela en la importancia de los acontecimientos que provocan las influencias que conviene aprovechar y descubrir si resuenan con nuestra esencia o resultan meras especulaciones de tantos muchos fuera de la testa.
La llamada Apertura del Portal de Orión implica la culminación del conjunto de oportunidades de crecimiento energético o espiritual, en un período determinado de tiempo. Los chinos ajustaron la fecha de la inauguración de las olimpiadas para resonar de mejor manera con un año que no les ha vaticinado grandes situaciones. Algunas influencias de entre los terremotos recientes, el ataque el fuego olímpico, la sublevación del Tibet, la “casual intervención” de las potencias occidentales; cuando antes de los juegos ni se hablaba de China no hacen más que provocar algunas suspicacias en el entorno.

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