domingo, 31 de agosto de 2014

Crop Circles realizados con MÁSER

Los verdaderos geoglifos tienen algunas peculiaridades: altos niveles de energía electromagnética; no tienen huellas humanas o marcas de máquinas a su alrededor; no puede ser vistos desde el nivel del suelo; las plantas se doblan suavemente y dan el efecto de diseño; zanjas en el suelo, la lluvia no los llena.

El análisis de los círculos de las cosechas refleja claramente que en su factura aparecen energías electromagnéticas y efectos derivados de la absorción de plasma por los tallos, así como otro tipo de eventos propios de la absorción de electromagnetismo y modificación de la materia como consecuencia de la energía.
Un máser es un amplificador de microondas por la emisión estimulada de radiación, un amplificador similar al láser pero que opera en la región de microondas del espectro electromagnético y sirve para recibir señales muy débiles. La palabra deriva del acrónimo en inglés MASER, por Microwave Amplification by Stimulated Emission of Radiation.
Su funcionamiento está basado en el fenómeno de emisión estimulada de radiación, enunciado por Albert Einstein en 1916. En la Universidad de Columbia, Estados Unidos, Charles Hard Townes propusó en 1951 su existencia y en 1954 construyó el primero.
Cuando una molécula o un átomo se hallan en un estado energético adecuado y pasan cerca de una onda electromagnética, ésta puede inducirles a emitir energía en forma de otra radiación electromagnética con la misma longitud de onda que refuerza la onda de paso y desencadena una cascada de fenómenos que llevan a aumentar mucho la intensidad del impulso original. En algunas nubes de materia interestelar excitada por la radiación de estrellas cercanas se produce el mismo fenómeno, que conduce a la formación de un intenso haz de radiación con longitud de onda bien definida.
Los máseres generan un haz concentrado de microondas.

Ahora, un equipo del Imperial College de Londres y el  (NPL) en el Reino Unido, ha desarrollado una tecnología que permite hacer funcionar un máser a temperatura ambiente y sin necesitar un campo magnético externo. Este logro puede hacer que el costo de fabricar y manejar máseres se reduzca drásticamente, lo cual podría hacer a su vez que su uso llegue a estar tan extendido como el de los láseres.
El equipo de Neil Alford, jefe del Departamento de Materiales en el Imperial College de Londres, sugiere que los máseres podrían ser usados en una amplia gama de aplicaciones, que incluyen instrumentos médicos más sensibles para examinar pacientes, mejores sensores químicos para la detección de explosivos a distancia, componentes avanzados para computadoras cuánticas, y mejores dispositivos de radioastronomía para la detección potencial de vida en otros planetas.
En el trabajo de investigación y desarrollo también participa Jonathan Breeze del Imperial  College de Londres y Mark Oxborrow, del Laboratorio Físico Nacional.


Neil Alford. (Foto: ICL) 


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